Lápices y balones

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17 cumplirás… Liga de Naciones UEFA 2020-2021: España 4-Ucrania 0.


Esta vez, jugamos en casa.

Hacía un tiempo ligeramente más cálido que la otra vez. El otoño se hacía notar. Ambas selecciones pisaron la hierba del Di Stefano; entre todos los chavales, uno era la atención de cada mirada rojiamarilla. Se trataba, sí, del jovencísimo Ansu Fati: solo 17 veranos , y ya era titular en la Absoluta. Había ganas de ver cómo se portaba aquel día.

En el caso de los madridistas, era nuestra «nueva casa». Valdebebas, la bella Ciudad Deportiva blanca; y en concreto el estadio Alfredo Di Stefano, que hacía las veces de acogedor campo, mientras el Nuevo Bernabéu brotaba en la Castellana.

No tardaron en resonar por el estadio vacío ambos himnos (¡qué difícil acostumbrarse a todas las silla vacías!)…

…y por fin, se colocaron los muchachos, el árbitro dio tres silbidos…

Y empezó el partido.

¡¡Y qué manera de empezar, señores!! Minuto 1; arrancada de la Roja, Ansu aparece de pronto en el área ucraniana, Kryvstov le intenta detener a la desesperada, el joven rueda por el césped y…silbido claro y conciso en el aire de Madrid. PENALTI A FAVOR.

Nos miramos, aún flipando. Hubo quejas por parte de la zaga ucraniana, pero Ramos ya se encaminaba, seguro y orgulloso, hacia el lugar que últimamente le reclamaba en cada pena máxima: el punto de penalti.

Y al son de la indicación del árbitro, el sevillano cogió impulso y lanzó el balón con aire flamenco, al interior de la meta de Pyatov, que solo pudo rozarla con la punta de los dedos.

-¡¡¡¡GOOOOOOOOOLLLL!!!!- cantó España entre vítores, los chavales se congratulaban y sua voces resonaban por toda Valdebebas. Tan pronto, que auguraba un partido prometedor.

El querido capitán, Sergio Ramos, volvió a su puesto con una gran sonrisa y 22 goles recién cumplidos vistiendo la elástica rojiamarilla. Se acababa de convertir en el noveno de la lista de máximos goleadores, junto a Salinas; y era el defensa con más tantos a sus espaldas, compartiendo puesto con Pasarella. La leyenda continúa.

España comenzó a atacar entonces con muchas ganas. Primero un tiro de Sergio Reguilón, el joven que aún era madridista en aquellos momentos; luego Ansu Fati, que estaba en todas partes, se multiplicaba y tenía aturdida a la zaga ucraniana. Era cuestión de minutos que llegara el segundo tanto.

Y ocurrió, de la forma más exhorbitante.

Era el minuto 26. La Roja estaba de nuevo rondando la portería de Pyatov. El cuero llegó a Ansu Fati, y el chaval hizo lo primero que se le pasó por la cabeza: con la rapidez de una gacela, se elevó en el aire y ejecutó una preciosa chilena que nos levantó a todos…

…y que estampó contra las espalda de Matviyenko.

-¡¡¡UUUUUUUUYYYY!!!- rugimos, y Ansu resopló con frustración, mientras los jugadores se recolocaban. No iba a rendirse, tampoco el resto de chavales, que volvieron a acosar el área. Ya subía Daniel Olmos, controlando el esférico, buscando a sus compañeros; y Sergio Ramos voló, de cabeza a superar los récords anteriores, directo al testarazo.

Su toque maestro se convirtió en una curiosa vaselina que se coló por detrás del impotente Pyatov.

-¡¡¡GOOOOOOOOOOOOL!!!- volvimos a rugir, iluminando desde casa el bello Alfredo Di Stefano. Lo dicho: olía a goles, a magia roja.

Lo que no podíamos imaginarnos, era lo que ocurriría tres minutos después.

Saque de banda a favor de Ucrania. La presión de España hace trastabillar a los de Shevchenko, tratan de meter un pase interior, pero Parejo sale al paso brillante, llevándose el balón consigo y entregando hacia Ansu Fati.

El joven avanzó con el balón entre las botas, avanzando por la banda izquierda hasta el borde del área. Estaba cercado por la defensa ucraniana, y nadie esperaba el latigazo, tan potente que cayó hacia atrás, tan enérgico que removió el aire, tan imparable que el brinco de Pyatov llegó tarde.

Nos quedamos congelados un segundo…

…y después…

-¡¡¡GOOOOOOLAZOOOOOOOOO!!!- chillamos, alucinados-. ¡¡¡ANSUUU!!!

El número 17, de 17 años, corrió como un poseso hacia la cámara y le dedicó el tanto a su hermana, mientras el resto de sus compañeros volaban hacia él. En aquel preciso instante, Ansu Fati acababa de dejar atrás una antigua plusmarca (era un día de batir récords, estaba claro): la del goleador más joven de la historia de la Roja, cuyo honor había correspondido desde 1921 a un joven de 18 años llamado Juan Errazquín.

Aún flipando por el tanto, los equipos se volvieron a colocar en sus puestos, una Ucrania muy aturdida por el momento, pero que se rehizo poco después, tras la primer amarilla para los rojiamarillos (en concreto para Rodrigo). Mikhaylichenko nos dio un ligero sobresalto con un disparo a puerta, pero De Gea consiguió blocarlo sin problema.

La última acción de la primera parte la tendría Thiago en sus botas: un latigazo que desgraciadamente se fue por encima de la red de Ucrania. Y con tres pitidos, nos fuimos a un descanso donde no dejamos de comentar el doblete de Ramos y el tanto de Ansu Fati. Dos generaciones separadas exactamente por 17 años: el capitán doblaba la edad al niño, pero dos tenían ese mismo fuego goleador en su interior, el que necesitaba la Roja para arrasar en el mundo.

Al inicio de la segunda parte, España siguió dominando con creces, Ansu Fati en cabeza. Empezaron los cambios: en el minuto 56, Marlos por Tsygankov refrescando el dibujo ucraniano, y en el minuto 61, la joven perla Eric García, de 19 años y procedente del Manchester City, sustituía a Sergio Ramos, que debía estar fresco para el inicio en Liga con el Real Madrid. Los aplausos fueron sonoros para el maestro del doblete, para el defensa más goleador en toda la historia de La Roja.

Dos acciones de España llegaron después, en claro intento de lograr el cuarto tanto: un maravilloso tiro con rosca de Dani Olmo, que sacó Pyatov en una estirada milagrosa, y un gol anulado de Gerard Moreno que trajo polémica, por un dudoso fuera de juego.

Y continuaron los cambios: en Ucrania entró Sydorchuk por Kharatyn, y por parte de los españoles Óscar Rodríguez sustituyó a Rodri. Y el chaval ex madridista y actual sevillista entró con muchísimas ganas, tales que en el minuto 77, después del último cambio de los rojos (Gerard Moreno fuera, Ferrán Torres dentro), culminó un bello disparo hacia Pyatov, imparable…

…que se topó con el larguero.

No podíamos creer que se estuviera resistiendo el siguiente gol, y Ucrania estaba cada vez más nerviosa. Prueba de ello la tarjeta amarilla consiguiente a Óscar Malinovskyi, que no dudó en detener una acción de Ferrán Torres con un puntapié. El chico, nublado por el dolor y la rabia, se levantó aún cojeando y fijó la vista en la portería. Lo iba a devolver, pero de forma elegante.

Y efectivamente, dicho y hecho.

Ucrania había realizado la última sustitución: Yarmolenko por Kovalenko. Corría el minuto 83. Ya era noche cerrada, las luces de Madrid y su aeropuerto parpadeaban alrededor de Valdebebas. España se encontraba atacando en el área rival; la zaga amarilla quería sacar el balón, pero se cruzó Mikel Merino, que la dejó para Ansu Fati. El joven caracoleó entre seis jugadores ucranianos que le azuzaban, y casi desesperadamente envió hacia atrás para Thiago Alcántara. El del Liverpool, trastabillando, hizo un pase rápido al 22, Jesús Navas, que sin pensarlo disparó hacia la banda izquierda.

El cuero voló hacia la mismísima cocina, rebotó en una testa defensora, y cambió su rumbo… directamente a encontrarse con Ferrán, que directamente levantó la bota y remató hasta el fondo de la portería.

-¡¡¡¡GOOOOOOOOOLLL!!!!- cuarto cántico elevándose del Alfredo Di Stefano hacia la noche madrileña.

Y aquel sería el último récord de la noche: la mayor goleada sufrida por Ucrania junto con el 4-0 que recibieron en el Mundial 2006… también por parte de la Roja.

La última acción del encuentro fue peliaguda. Ambos equipos trataban de recobrar la posesión en la mitad del campo. Reguilón interceptó un pase de Ucrania, y trató de llevarse el esférico con Kovalenko pisándole los talones…literalmente hablando. Iban tan juntos, que la rodilla del ucraniano trabó la pierna de Sergio, que dio un traspiés y se torció el tobillo izquierdo de forma aparatosa.

El exmadridista se derrumbó al momento, con un chillido que nos heló a todos. No había megafonía de público que ocultase el dolor del chico, que fue rodeado por médicos y compañeros. Kovalenko, cabizbajo, recibió una tarjeta amarilla, y finalmente el 21 de la selección salió del campo cojeando ostensiblemente.

No hubo tiempo para mucho más después del episodio. El árbitro finalizó el encuentro, y todos se saludaron cordialmente, aún en el aire la creciente preocupación por la lesión de Reguilón.

Días después, nos enteraríamos de que era una esguince, afortunadamente no muy grave; y que finalmente, el chico dejaría el Real Madrid para fichar por el Tottenham. Pero esa es otra historia y debe ser contada en otra ocasión.

Por el momento, nos quedamos con la imagen de una nueva Roja, llena de leyendas y nuevas perlas como Ansu Fati. «17 cumplirás, y algo en ti sientes que va a empezar…» qué razón tiene Julie Andrews. Creceremos con vosotros y celebraremos con vosotros. Y por el momento, somos líderes de grupo en esta Liga de Naciones.

¡¡VAMOS ESPAÑA!!